El Girona salió derrotado ante el Mallorca en un partido donde no faltó nada. Los catalanes, con uno más desde la media hora, acabaron por debajo en el electrónico por el alma de los baleares, quienes volvieron a encontrar la senda de la victoria.
La cita en Son Moix tuvo de todo desde los primeros momentos de juego. Los ‘gironins’, a las primeras de cambio y sorprendiendo por completo, ya encontraron la suerte a los siete minutos tras un centro por banda izquierda que acabó llegando a Van de Beek, quien no titubeó en golpear de volea y definir a la perfección ante Greif (7’).
El neerlandés abrió la lata siendo el falso nueve que planteó Míchel para el encuentro, pues optó por colocar a Danjuma en la banda, sin un delantero referencia. Todo lo contrario que los baleares, quienes apostaron por Larin y Muriqi, los dos tanques que no tardaron mucho más en hacer la réplica.
Y es que la dupla de los ‘dimonis’ ya la tuvo clara en un pase del kosovar, que dejó solo al canadiense para definir a placer, aunque esa entrega fue algo más larga de lo que pidió la acción. Sin embargo, y sin cambiarse los papeles, el pase volvió a llegar al contraataque y desde la otra banda para que -esta vez sí- los locales volvieran a poner las tablas en el luminoso (20’).
El compromiso gozó de una gran salud desde el principio, sin un dominador claro y con ganas en ambos de mirar hacia al frente, pero en el feudo balear sucedieron muchas cosas que fueron cambiando el guión constantemente.
Llegó el momento de las polémicas, porque las hubo. La acción imprudente de Muriqi pasada la media hora dejó a los locales con diez hombres sobre el terreno de juego, aunque fue el VAR quien tuvo que avisar a Hernández Maeso. El ariete clavó los tacos por el lateral de la espinilla a Bryan Gil, quien gritó exaltadamente. El colegiado revisó la acción y aplicó la norma por la acción, lo mismo que pareció explicarle el de Barbate a Arrasate, quien no pareció tener la misma perspectiva sobre la jugada. A partir de ahí, el extremo fue pitado cada vez que tocó el cuero.
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El Girona salió derrotado ante el Mallorca en un partido donde no faltó nada
Como pasó con las dianas, otra réplica para sembrar la polémica. Si Son Moix ya se quedó caliente con la decisión sobre su delantero, más se encendió con los tacos de Van de Beek en en la misma zona de Copete. La diferencia, pero, pareció clara: la acción se produce tras un centro del neerlandés, con el impulso de la pierna.
Aun así, no se notó ningún tipo de superioridad en la hora de juego restante y el Mallorca siguió a lo suyo, mostrando más acciones de peligro y más contundencia en fase ofensiva que su rival.
El alma y el coraje, pero, se la tuvo guardada a los de rojo, en el enésimo riesgo de los gerundenses en la salida de balón. El melón de Juanpe a Gazzaniga, que se encontraba a escasos cuatro metros del central, animó a Larin en la presión para lanzarse al suelo y taponar el despeje del arquero argentino, culminando con la remontada balear (51’).
Empezó ahí el ejercicio de supervivencia mallorquinista, con un Girona habitual en zona tres, blando e inofensivo. Con los cinco cambios agotados a falta de 20 minutos, a los de Míchel no les quedó otra que remar y remar para embotellar poco a poco a un Mallorca que se sintió más que cómodo en bloque bajo.
2. Mallorca: Greif (1); Maffeo (2), Valjent (2), Copete (2), Mojica (1); Antonio Sánchez (1) (Van der Heyden, 83’ (1), Morlanes (2) (Dani Rodríguez, 73’ (1), Mascarell (1), Darder (2) (Navarro, 73’ (1); Larin (3) (Abdón, 83’ (1), Muriqi (1).
1. Girona: Gazzaniga (0); Arnau (1), Juanpe (0) (Stuani, 59’ (1), David López (1), Blind (2); Oriol Romeu (1) (Portu, 72’ (1), Miguel (1); Bryan Gil (1), Asprilla (1) (Misehouy, 58’ (1), Danjuma (1) (Abel Ruiz, 63’ (1); Van de Beek (1) (Iván Martín, 63’ (1).
Espectadores: 15.866
Goles: 0-1, Van de Beek (7’); 1-1, Larin (20’); 2-1 Larin (51’).
Árbitro: Hernández Maeso. VAR: Figueroa Vázquez.
Estadio: Son Moix
LO MEJOR: Irse sin lesionados.
LO PEOR: Los errores defensivos y el poco peligro ofensivo.