Bucsa y Sorribes, medalla de bronce en el doble femenino

PARÍS 2024

Vencieron cómodamente por 6-2, 6-2 a las checas Muchova-Noskova y aportan en sexto podio olímpico español en esta modalidad, recogiendo el testigo de Arantxa, Conchita, Anabel Medina o Vivi Ruano

Djokovic le quita el oro a Alcaraz en una final monumental

Cristina Bucsa (izquierda) y Sara Sorribes (derecha) celebran un punto en el partido por el bronce de los dobles femeninos de París en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros

Cristina Bucsa (izquierda) y Sara Sorribes (derecha) celebran un punto en el partido por el bronce de los dobles femeninos de París en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros

AP

Las españolas Cristina Bucsa y Sara Sorribes se colgaron la medalla de bronce en el doble femenino tras vencer cómodamente a la pareja formada por las checas Karolina Muchova y Jana Noskova por 6-2, 6-2. Es el sexto podio español en París -con medalla colgada, no asegurada- y el aperitivo perfecto de la final individual masculina que disputaban a continuación, en la misma pista Philippe Chatrier de Roland Garros, el español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic.

La de Bucsa y Sorribes es la sexta medalla que aporta el doble femenino del tenis al medallero olímpico español y el segundo bronce tras el de Arantxa Sánchez y Conchita Martínez en Atlanta’96; el resto, platas a cargo de Arantxa-Conchita, Conchita-Vivi Ruano y Anabel Medina de nuevo con Ruano. En total, y a falta de lo que sucediera en la final individual masculina entre Alcaraz y Djokovic, decimocuarta medalla olímpica del tenis español, que desde que este deporte se incorporó de manera oficial al programa olímpico en Seúl’88 se ha convertido en uno de los que más alimenta el medallero.

Las cosas se pusieron de cara bien pronto, con break para las españolas en el juego inicial sobre el servicio de Noskova. A partir de ese impulso todo el primer set fue cuesta abajo, con un nuevo break esta vez sobre el servicio de Muchova. 6-2 en 31 minutos y un pie en el podio.

La segunda manga comenzó exactamente igual, rompiendo el servicio de Noskova primero y Muchova a continuación (3-0). El único atisbo de reacción de la pareja checa se produjo a continuación, con un tímido 3-2 que murió allí mismo. Más consolidadas como pareja las españolas, pese a ser de reciente cuño, que un dúo rival sin ninguna experiencia junto antes de París, el triunfo era mera cuestión de madurarlo. Otro 6-2 y bronce al saco.

La castellonense Sorribes (27 años) y la cántabra de origen moldavo (26) no habían jugado juntas hasta hace unos meses, cuando en el Masters 1.000 de Madrid la compañera habitual de Sara, la checa Marie Bouzkova, la llamó diciéndole que no podría disputar con ella la prueba de parejas a causa de una lesión. Sorribes tenía apenas una hora para improvisar una pareja hasta el límite del cierre de inscripciones.

Se encontró en el gimnasio del torneo con Ion Bucsa, padre de Cristina, un biatleta que tomó parte en dos JJ.OO. de invierno (Nagano’98 y Salt Lake City’02) y que cuando la niña tenía tres años decidió dejar la capital del país, Chisinau, para establecerse en Cantabria. “¿Tu hija está apuntada en el doble? ¿Jugaría conmigo?”, preguntó. La respuesta fue no, no estaba apuntada, y sí, jugaría con ella. Con prisas, se apuntaron a 15 minutos del límite. Y ganaron aquel torneo, que les abrió las puertas del París olímpico, al que llegaron como octavas cabezas de serie.

Sus rivales por el bronce, las checas Muchova y Noskova, tenían incluso menos pedigrí y recorrido que las españolas, puesto que ninguna de las dos suele disputar dobles y se unieron expresamente para competir en los JJ.OO. de París.

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