Tiene motivos Carlos Alcaraz para ampliar su característica sonrisa. Su nivel de tenis invita a reír, a quienes se alegren de su éxito. Bordea lo ridículo por su superioridad sobre el contrincante, que lloraría con gusto de impotencia, si no fuera por aquello de mantener el decoro en todo un estadio principal del Masters 1000 ATP de Miami, uno de los eventos relevantes del curso.
Cuando Alcaraz entra en una fase de sensaciones exuberantes, la trituradora que lleva dentro se dispara y no deja ni las migajas del rival. No queda rastro. Así le sucedió a un oponente con su pedigrí, no en vano el italiano Lorenzo Musetti, 22 años y nº 24 mundial, lleva desde júnior apuntando a ser uno de los principales tenistas de la nueva era. Aunque no acaba de arrancar del todo.
Alcaraz, 20 años y nº 2, tropezó en la final en tierra de Hamburgo ante Lorenzo Musetti. Fue en 2022. Tomó nota de aquel negativo 6-4, 6-7 y 6-4, y se lo está haciendo pagar al transalpino cada vez que se reencuentran. Lo hizo durante 2023 en Roland Garros (6-3, 6-2 y 6-2) y Pekín (6-2 y 6-2), mantuvo esa dinámica en los octavos de Miami con un rotundo 6-3 y 6-3 en 1h.26'.
Son nueve victorias consecutivas de Alcaraz, que lo pasó mal semanas atrás con la lesión de tobillo y las dudas personales que también penalizan por momentos a los cracks, aunque acaban siendo el punto de partida a mejorar un poco más. Capacidad de superación, de progresión continua.
Se superó a sí mismo el murciano en Indian Wells, camina sin ataduras por Miami. Tres encuentros, tres decisiones en dos sets. Tiene tomada la medida a un Musetti talentoso, pero con tendencia a la dispersión. Su revés es un espectáculo cuando corre, pero también una penitencia cuando se lo buscan, por ser a una mano, con bolas altas y con peso.
"Creativo pero con paciencia", le pedía su equipo técnico a Musetti, que acaba de estrenar paternidad. En 38 minutos chocó con la cruda realidad, un Alcaraz consistente que sólo cedió cinco puntos con su saque. Un 6-3 sin paliativos.
No hay nada fácil en el ATP Tour. Musetti puso a prueba a Alcaraz en el tercer juego del segundo set. Le ganó un combate de golpes por debajo de las piernas en un punto, pero el español no le dejó respirar en las dos bolas de 'break' que levantó con la superioridad de quien va sobrado de confianza.
Gritó de liberación Alcaraz cuando salvó ese saque para 2-1. Musetti, ya liberado de responsabilidad ante lo que tenía al otro lado de la red, mostrara su exquisita técnica en el golpeo de la bola. Consiguió engordar los méritos contraídos por el español, ya que mostró estar listo para superar lo que se le hubiera puesto por delante. También el 'break' que sufrió cuando mandaba 4-2 por un mal juego. No se repitió, lo enmendó enseguida.
Este jueves, Carlos Alcaraz contra el búlgaro Grigor Dimitrov, que derrotó al campeón de 2021, el polaco Hubert Hurkacz, por 3-6, 6-3 y 7-6 (3) en 2h.42'