En el fútbol, dos y dos muchas veces no son cuatro. Muestra de ello es lo que le está sucediendo al Nápoles este curso. Líder intratable en la Serie A, con pleno de triunfos tras seis jornadas disputadas, en Europa League la cosa no funciona. En el campeonato italiano los de Spalletti van a toda mecha, pero en la Europa League el tren descarrila. Debutaron con un meritorio empate ante el siempre combativo Leicester (2-2) y lo dieron por bueno, pero este jueves se vieron sorprendidos por el Spartak Moscú, que se impuso por 2-3 en el Diego Armando Maradona.
En el primer minuto de juego Elmas adelantó en el marcador al Nápoles, pero en el 30’ los de Spalletti se quedaron con diez por expulsión de Mario Rui y todo empezó a torcerse. Empató Promes en el 55’, dobló la ventaja Ignatov en el 80’, y finiquitó el duelo Promes con el 1-3 que hizo que el 2-3 de Osimhen ya en el añadido fuese una mera anécdota.
Con esto, el Nápoles queda con 1 puntos tras dos jornadas y por ende con su futuro en la competición más que comprometido. Pero no todo está perdido.