¡Stop racismo!

ATHLETIC

Lo vivido el pasado sábado en el Metropolitano durante el Atlético de Madrid-Athletic con los insultos racistas a Nico Williams constituye otro oscuro capítulo más de nuestro fútbol.

Horizontal

Nico Williams dialoga con De Paul y Koke tras detenerse el partido entre Atlético y Athletic por sonidos racistas

Mariscal / EFE

Sigo sin entender que la gente vaya a un estadio a despotricar del rival, del árbitro o del sursuncorda en vez de animar a su equipo y pasárselo bien en la medida de lo posible. Lo más triste es que los campos de fútbol son un reflejo de la pobre educación en valores de nuestra sociedad. Deberíamos hacérnoslo mirar.

Ver a un aficionado, al menos se ha identificado a uno, aunque Nico Williams denunció más, realizar la onomatopeya de un mono hacia su persona antes de botar un córner es bochornoso y espero que caiga todo el peso de la ley sobre él. Y si esa sanción no es ejemplificante que endurezcan las penas para que los próximo se lo piensen porque en 2024 no podemos seguir arrastrando esta lacra.

De cualquier modo, me preocupa más la reacción del Metropolitano que los propios insultos de un descerebrado en el fondo del Frente Atlético, donde se encuentran los seguidores más radicales del conjunto madrileño, con asesinatos acreditados a sus espaldas. Tontos, y por lo visto racistas, hay en todas partes, también en nuestra casa, pero lo que me resulta más hiriente y desconcertante fue la reacción de muchos seguidores colchoneros.

Cuando se activó el protocolo anti racista y se pasó por el videomarcador y megafonía el mensaje en el que se pedía evitar los cánticos ofensivos, miles de hinchas locales pitaron esa alocución, dando a entender que no están a favor de que se deje de insultar. ¿Por qué? Luego se pusieron a abuchear a la víctima como si fuera responsable de recibir insultos. Una cosa de locos.

Lee también

Transmitir valores

Confío en que sepamos transmitir a los más jóvenes unos valores que les resulte impensable acudir a un estadio a insultar. Con eso y los duros castigos que se puedan poner a quienes no sepan comportarse, alcanzaremos un nivel de comportamiento básico para cualquier sociedad democrática civilizada. No pido más.

La mejor manera de presionar al rival es estar continuamente apoyando a los tuyos de forma incansable. No pido que los campos se conviertan en teatros, simplemente sacar los insultos de la ecuación. Silbar, chillar o reclamar pueden seguir formando parte de la liturgia de los partidos, pero todo con un mínimo de respeto. A ver si entre todos lo conseguimos.

Tolerancia cero con los racistas, independientemente de si insultan a tu jugador, como Nico Williams, o al del equipo contrario porque aquí no debemos diferenciar camisetas sino alinearnos todos en contra de esta lacra. Aquellos que insultan a los negros del equipo contrario y aplauden a los suyos son de encefalograma plano. No le den más vueltas.

Lee también
Tags
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...