Flick da un toque: los detalles que no perdona

FC BARCELONA

El técnico del Barça eleva el tono ante la evidencia del bajón en Liga que comenzó en la segunda parte del derbi, pese a la victoria, y que se plasmó en la derrota en Anoeta y en el empate en Vigo

Flick da un toque: los detalles que no perdona
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Un buen entrenador tiene que ser el primero en detectar si su equipo ha dejado de funcionar como un bloque compacto ya sea por desgaste físico tras un inicio de temporada portentoso, relajación, falta de confianza en diversos conceptos del juego o porque los rivales ya conocen los puntos débiles de un sistema y de un plan táctico y toca reinventarse. Sólo el hermético Hansi Flick sabe el análisis que ha hecho de esta ‘crisis’ del Barça, líder todavía de la Liga, pero menos sólido tras sumar sólo un punto en sus dos últimos partidos, ambos a domicilio ante equipos competitivos como Real Sociedad (1-0) y Celta (2-2). Lo que sí está claro es que el técnico alemán se ha puesto serio y va a aumentar su exigencia con los cambios que crea oportunos: recuperar la intensidad es su primer objetivo como clave en la presión alta y en la recuperación tras pérdida sin olvidarse de reforzar los automatismos para salir con el balón jugado.

Lo dejó claro en una contundente rueda de prensa en Balaídos, donde no buscó excusas para suavizar su visión del 2-2 final al poste de Raphinha con 0-2 ni a la desgracia de la roja a Casadó o al grave error puntual de Koundé en el 1-2. Al contrario, no engañó a nadie: para suerte, la que estaba teniendo su equipo para ir ganando 0-2 en el 84’ sin merecerlo y para llegar al 82’ con once jugadores cuando Gerard Martín ya podía haber dejado al equipo con diez en la primera parte.

“Jugamos un partido realmente malo, no fueron sólo los últimos 10 minutos. Hubo menos concentración. No tuvimos confianza con el balón. Cometimos muchos errores. Cuando juegas al 80 ó al 85 por ciento, no puedes ganar”, manifestó el entrenador alemán, todavía caliente porque ese discurso duro fue incluso blando en comparación con sus palabras a los jugadores poco antes en el vestuario tras el pitido final. Fue su primera gran bronca, elevando el tono porque ser condescendiente no le valió de mucho en las dos jornadas anteriores de Liga.

Esta crisis de juego se inició en la segunda parte del derbi ante el Espanyol, cuando el Barça se relajó tras el 3-0 en la primera media hora en un partido que acabó 3-1 pero con el rival pisando área local más de la cuenta. “Por hoy, vale, puedo entender que se pierda un poco la concentración. Bajamos el nivel en la segunda parte, es normal, llevamos una gran temporada. Pero necesitamos más fuerza”, señaló entonces a modo de suave aviso que, al parecer, no fue captado por sus jugadores.

Tras el 2-5 en Belgrado ante el Estrella Roja, llegó el KO en Anoeta en una prolongación de aquella segunda parte del derbi. Flick todavía fue condescendiente: “No fue nuestro día. Tenemos que aceptar el resultado. Ellos jugaron con decisión. Está claro lo que hemos visto y no hay excusas. No creamos suficientes ocasiones”.

Pero a la tercera, Flick ya ha sacado el látigo porque esta vez sabe que tiene intervenir. Es un buen entrenador. Ha detectado el problema.

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