Kike Salas (Sevilla, España, 2002) es natural de Morón, un pueblo a 60 kilómetros de Sevilla. Actualmente, juega en el CD Tenerife y está cedido por el Sevilla CF, con quien debutó en primera división con apenas 19 años y con quien ha disputado minutos en Champions League esta misma temporada. Detrás de este central de 1,88 metros de altura hay una época dorada en el 20x10 y una decisión que cambió su vida por completo.
Desde bien pequeñito, Kike compaginaba el pádel y el fútbol. Con 9 años, fue campeón del mundo en categoría benjamín junto a Alejandro Ramillete. Además de ese título mundial, Kike se proclamó campeón de España con Andalucía. En 2012 fue campeón de España junto a Miguel Yanguas y en 2014, de nuevo se proclamó campeón de España. Esta vez junto a Rafael Marín tras vencer en la final a Arturo Coello y al propio Miguel Yanguas.
El mundo del deporte siempre ha estado muy ligado a la familia Salas. Su padre, Enrique y su madre Mª Carmen, regentan desde hace casi 20 años un club de pádel en Morón, Esmac Club, donde Kike pasó gran parte de su infancia. Allí entraba al pádel de la mano de su padre. Además, el tío de Kike y hermano de Enrique, Víctor Salas, fue jugador del Sevilla FC durante cuatro temporadas.
Con 13 años, es pretendido por el Sevilla FC y se ve obligado a tomar una decisión que cambiará su vida por completo. Mundo Deportivo ha reunido a Kike con su padre para recordar juntos la historia de cómo un campeón del mundo de pádel acabó jugando la Liga de Campeones con el Sevilla.
¿Qué recuerdos tienes de tu época en el pádel?
Kike. Es una experiencia que nunca olvidaré porque fue muy bonita. A mí lo que más me gustaba era competir en los torneos. Entre el fútbol y el pádel, no podía entrenar todo lo que me hubiese gustado pero los mejores recuerdos son de todos los torneos.
¿Y Enrique, tú como su padre y entrenador, cómo viviste esos años?
Enrique. No todo fue un valle de rosas porque había que perder para poder mejorar y ganar el siguiente partido pero la verdad que fue de las mejores épocas porque que un alumno tuyo, encima tu hijo, te de frutos pues es todavía más placentero.
Kike, ¿cómo era que te entrenase tu padre?
K. Lo bueno es que sabía presionarme porque yo a veces no era consciente de todo lo que eran esos torneos. De pequeño también me gustaba estar con mis amigos y al final entrenando al fútbol y al pádel yo no tenía mucho tiempo y él me sabía presionar, en el buen sentido de la palabra. A veces había alguna peleilla (se ríen los dos) pero lo llevábamos muy bien.

Kike Salas campeón del mundo benjamín en 2011
Y Enrique, ¿para ti cómo era entrenar a tu hijo?
E. En edades tempranas es más fácil pero él por su forma de ser siempre me pedía más. Siempre intentaba separar lo que era ser entrenador y lo que era ser padre. Cuando la exigencia subía, todo se complicaba porque había que desplazarse más, eso a Kike no le gustaba y al final la competición a esos niveles no es fácil de gestionar.
Campeón del mundo, campeón de España, campeón de Andalucía.. ¿Cómo asume todo eso un niño de 11/12 años?
K. No es fácil porque te habla mucha gente, te preguntan y yo siempre he sido un niño muy tranquilo. No me gusta estar en el centro de atención. A pesar de todo lo supe llevar bien y la relación fue igual con toda la gente del pueblo y con todos mis amigos.
¿Y cómo gestionó la familia todo aquello?
E. Lo dejamos disfrutar. Kike siempre ha sido un niño muy tranquilo y vimos que había un diamante que podíamos pulir para hacernos disfrutar a todos. Nuestra vida social era la deportiva así que todos lo supimos llevar muy bien. Entrelazamos los torneos de pádel con los del fútbol.
Y de repente, aparece el Sevilla…
K. La verdad que fue un sueño. No me lo creía porque yo estaba jugando al pádel, compitiendo en lo más alto en todas las categorías y de repente aparece el Sevilla, que para mí era lo más alto, y era un sueño.
¿Cómo eran aquellos años de pádel y fútbol a la vez?
E. Quizás todo estaba premeditado. Yo ya conocía la época de mi hermano – Víctor Salas fue jugador del Sevilla entre 1999 y 2003 – y desde que Kike jugaba al fútbol en Morón el Sevilla ya iba detrás. Estuvieron casi tres años yendo detrás de Kike y yo decía que no por la distancia y queríamos que siguiera en el pueblo.

Kike Salas campeón de España en 2014 junto a su familia
Y llega alevín de segundo año…
E. Ahí el Sevilla me pone, de alguna manera, contra la espada y la pared y ya con 13 años, que había crecido y mejorado y por prestaciones era impensable que no se decidiese por el fútbol. Lo llevé a las pruebas del Málaga y del Betis pero cuando apareció el Sevilla todo parecía premeditado.
¿No hubo dudas?
K. Yo tenía claro que si el Sevilla quería contar conmigo, yo iba a irme al Sevilla al cien por cien.
¿Qué papel tuvo tu tío en todo esto?
K. Mi padre siempre tiró más hacia el pádel (se ríe), mi tío hacia el fútbol y tomamos todos la decisión.
¿Si pudieses volver atrás, cambiarías algo?
K. Yo no cambiaría nada. No me arrepiento y lo que se hizo fue muy acertado. Lo pensamos bien en ese momento y era lo mejor.
¿Y tú Enrique?
E. Rotundamente no. No cambiaría ni un día de todo aquello.

Selección andaluza de menores
¿Mereció la pena tanto sacrificio?
K. Ha sido mucho sacrificio y muchos momentos malos pero lograr sueños, porque al final debutar con el Sevilla es un sueño, genera una satisfacción tremenda.
E. Fueron días de un orgullo tremendo y también de una paz interior. Con lo que ha evolucionado el fútbol, yo lo veía mucho más complicado y cuando debuta, y más con buenas sensaciones, sentí una satisfacción tremenda.
¿Si la decisión la tuvieses que tomar con la situación del pádel actual, hubiese cambiado algo?
K. La verdad que no. Yo lo tenía claro. Mucha gente me decía que estaba loco, que cómo podía dejar un deporte en el que estaba ganando por otro en el que no sabía que iba a pasar pero yo lo tenía muy claro. Lo que más me gustaba era el fútbol.
¿Crees que hubieses podido llegar a ser profesional?
K. Lo he pensado siempre y me lo han preguntado mucho. Nunca se sabe pero si me hubiese dedicado al cien por cien yo creo que podría haber llegado a competir.
E. De aquella generación del 2001 y 2002 era de los más equilibrados y de los que mejor cabeza tenía. Yo le vería en el top ten tranquilamente.

Final del campeonato de España de menores 2014
¿Qué cosas del pádel has aplicado al fútbol?
K. La velocidad de reacción sin duda. El pádel al final era un deporte de muchos reflejos. El juego aéreo también, para saber colocarte, al final en mi posición de central eso es muy importante.
¿Tu golpe favorito?
K. Lo que más me gustaba y lo que más practicaba era la bandeja.
¿Una virtud de Kike dentro de la pista?
E. Dentro de la pista, sin duda su tranquilidad. Daba igual que le estuviese viendo que él se aislaba.
Y fuera de la pista…
E. Fuera de la pista, él era muy introvertido y no le gustaba nada presumir ni ser protagonista.
¿Qué relación tienes con el pádel a día de hoy?
K. Nula casi desde que lo dejé. Veo algunos partidos del circuito pero poco más.
¿Y mantienes contacto con gente?
K. Algún contacto sí que he mantenido pero de forma puntual. Para desearnos suerte o darle la enhorabuena, eso sí, pero poco más.
¿En el vestuario se atreven a jugar contigo?
K. Hay alguno que me ha dicho de jugar y puede ser interesante. Todavía no he jugado ninguno pero pronto jugaremos, seguro.