Los Warriors y Curry recuerdan en Boston que están muy vivos

NBA

Los Warriors y Curry recuerdan ante los Celtics en la pista en la que ganaron el último anillo que la dinastía sigue viva (112-118)

El conjunto de Steve Kerr sobrevive a Tatum (30 puntos) y a la remontada de Boston en la recta final en una exhibición de Curry (27) y de coraje 

Jugadores complementarios clave en el anillo de 2022 como Andrew Wiggins y Kevon Looney dan un paso al frente 

Stephen Curry, todavía en auge a sus 36 años

Stephen Curry, todavía en auge a sus 36 años

Getty Images

“¿Qué que le he dicho a los jugadores? Vamos a hacer América grande otra vez y a ganar a los Celtics esta noche”, decía un alegre Steve Kerr un rato antes de la visita de los Warriors a Boston. Y Stephen Curry y su banda demostraron que todavía pueden hacer América a su manera cantando victoria en medio de las estridentes notas del órgano del TD Garden (112-118) para ponerse 7-1 en lo alto del Oeste. 

No es Donald Trump santo de devoción de Kerr -como pasa con tantas otras personalidades en la NBA-, y ni mucho menos como para acuñar el lema del nuevo presidente de Estados Unidos. 

Pero, en una llamada a un reverdecimiento de la nostalgia en el jardín del campeón, quizá se refería el reputado técnico a que los Warriors pueden tomar América y ser un motivo de admiración al país como han hecho con un legado de cuatro anillos en la última década y un juego cautivador con el infalible e infinito Curry como su máxima expresión, 27 puntos anoche con un 4/9 en triples en su duelo ante Jayson Tatum, con 32 y un 5/10 desde el perímetro, motivado el líder de Boston por demostrar ante el entrenador que casi se olvidó de él en París con el Team USA pero en vano su esfuerzo. 

En la misma plaza en la que estos Warriors levantaron su cuarto entorchado en 2022, la mejor dinastía de la última década esparció reminiscencias de ese más reciente anillo para decir que todavía no, que el imperio -pese a sus grietas-, todavía se sostiene para una conquista más. Todo alineado, Andrew Wiggins evocó al de esas Finales y esos playoffs con 16 puntos igual que Kevon Looney, 6 tantos y 10 rebotes y fundamental al final, mientras que Draymond Green hizo un poco de todo como toda la vida con 9 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias.  

Y, como si una de las gallinas de los huevos de oro hubiera entrado por otra sin más, Buddy Hield ejerció de Klay Thompson, misión que siempre ha cumplido en este arranque, con 16 puntos y un 4/7 desde la larga distancia. La velada perfecta la completaron Kyle Anderson con 11 puntos y Jonathan Kuminga y Moses Moody con 10 y 9. Una de las incorporaciones del verano y los jóvenes también sumando. 

En un alarde final de carácter -y lógicamente con la salida de Curry en pista en los últimos minutos-, los Warriors se las apañaron para sobrevivir a la tormenta de triples de Boston cuando más arreciaba. Golden State se fue 40-51 arriba, pero unos Celtics en imparable línea ascendente llegaron a los últimos seis minutos mandando (95-88).

Pero, en el único pero que se le puede poner a tan prestigioso triunfo del conjunto de la Bahía, no se encontraron a unos Celtics en su máximo poder, sin Jaylen Brown además de Kristaps Porzingis. Todo el peso recayó en Jayson Tatum, el que se destapó definitivamente como estrella y cara de un campeón de la NBA tras romper a llorar en su casa ante su familia días después de perder las Finales de 2022. Aquella dolorosa caída le enseñó a cuidar más detalles como la alimentación para entrar en el exclusivo club de los campeones. 

Encontró el ‘0’ aliados en un demoledor Derrick White con 26 puntos y un 7/16 en triples, Payton Pritchard (16) y el portugués Neemias Queta, que se marcó el mejor partido de su vida en la NBA hasta ahora con 14 puntos y 8 rebotes. Boston sufrió la primera derrota de la temporada en el TD Garden para quedarse con 7-2 en el Este. 

El pulso entre el vigente campeón y el de 2015, 2017, 2018 y 2022 fue por momentos un juego del gato y el ratón de a ver quién encontraba la mejor trampa para atrapar a la estrella rival. Conscientes de que el fugaz movimiento de balón de Boston y las consiguientes ventajas tienen su origen muchas veces en una primera penetración de Tatum, de lo difícil que es encontrarle un defensor ideal por su combinación de tamaño y potencia atlética, los Warriors recurrieron con cierta frecuencia a los 2x1 en la defensa del pick and roll. 

El ataque de Boston en la primera parte fue muy estático, pero el conjunto de Joe Mazzulla recuperó su identidad en la segunda parte con su colectivo y vertiginoso movimiento de balón sabiendo sacar provecho de la mínima sobrevigilancia sobre Tatum. Pero los Celtics nunca supieron dar con el antídoto ideal para pararle los pies a Curry, quien si no marcaba la diferencia desde el perímetro lo hacía penetrando o repartiendo, con 9 asistencias. Y, cuando parecía acorralado, se sacaba un triple cayéndose ante un muro de 2,13 como Queta. 

El estallido de júbilo en los Warriors fue lo único que sonó en un TD Garden con un silencio sepulcral que vio removido malos recuerdos. Aquella temporada 21-22, parecía que Golden State ya se apagaba tras dos temporadas sin playoffs y revivieron en una resurrección culminada con ese cuarto anillo de la dinastía ante los campeones Celtics, los que ahora están intentando ser dinastía. 

Y parece que estos Warriors, que vieron los playoffs por la televisión el pasado año, parece que también están con ánimo de negarse a ser pasado. Después de todo, siguen siendo el último equipo que ha encadenado dos anillos seguidos y tienen el roster más profundo que jamás han tenido según Kerr. Ya son inmortales, pero no se les van a caer los anillos para intentar el quinto. 

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