En el Barça, cuando el primer equipo tiene una temporada pésima, aparecen dos antiguos dogmas. “Cuando el fútbol va mal, el baloncesto va de maravilla”. Ahora se le tiene que sumar el fútbol femenino, la otra gran alegría culé. Segundo dogma: “El Barça salva la temporada ganándole al Madrid”. Ni este triste consuelo funciona ya. El Barça no vence en un Clásico desde que Valverde estaba en el banquillo. En marzo se cumplirán los tres años de la última vez que el Barça les ganó un encuentro (0-1, Rakitic). En el pasado fin de semana, en cambio, en la Primera Iberdrola, el 1-3 en Valdebebas fue la gozada del fin de semana, y el equipo de Jasikevicius apabulló al de Laso en Euroliga. Mirotic, ante su exequipo, hizo su mejor partido en Europa, con 31 puntos, 10 rebotes y un 39 de valoración. El Palau, tras muchos años sin un líder carismático, tiene ahora un talento ilusionante que desde su llegada, en julio de 2019, ha subido la moral y la autoestima de la plantilla y la afición. Fue un fichaje estratégico.
El jugador montenegrino dio toda una lección de baloncesto ante el equipo de Pablo Laso
También lo fue el de la neerlandesa Lieke Martens, en julio 2017. El Barça había profesionalizado el fútbol femenino en 2015, pero el golpe de efecto de contratar a una de las mejores delanteras de Europa fue aspiracional y mostró el camino. Ante el Madrid, se salió con dos golazos y una asistencia. Por algo es la Golden Player 2021. En el masculino, sin Messi, falta ambición, liderazgo y un crack mundial que ilusione.
Martens marcó este golazo contra el Real Madrid
