Emma Hayes, a pocas horas del enfrentamiento amistoso que esta tarde mide a Estados Unidos ante Inglaterra, se ha sincerado sobre su marcha del Chelsea después de 12 exitosos años al frente del equipo londinense. La inglesa, desde mayo en el banquillo de la selección estadounidense, afirma que será un partido especial en el que se reencontrará con ex jugadoras que tuvo a sus órdenes, como la central Millie Bright.
"Me sentí mal al final de mi etapa en el Chelsea", admite al tiempo que afirma que "no fue por la presión sino por el estrés y el desgaste" que decidió cambiar de aires y cumplir uno de sus sueños. "La menopausia tampoco ayudó", añade sin un ápice de rubor. "Para superar todas esas cosas recuperé mi energía, mi sonrisa y mi alegría, que no sabía que había perdido".
Centrándose ya en el encuentro, Hayes, que nada más llegar al banquillo de Estados Unidos se hizo con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, dijo que estar tarde, "será un momento extraño porque como inglesa tararearé el 'God Save The Queen', pero cantaré también el himno de Estados Unidos, los dos me encantan".
Hayes añade que "más allá de ese momento extraño y de enfrentarme a jugadoras con los que he estado en guerra, todo se reduce a lo profesional. Espero que sea un partido entretenido y que se agoten las entradas". Una de las futbolistas con las que se reencontrará y de la que guarda un recuerdo especial es Millie Bright. La capitana del Chelsea -dice- "es una persona especial en mi vida y la siento como una hermana pequeña. Pasamos muchos años construyendo el Chelsea y ganando títulos y estoy deseando verla".