Pese a que el último recuerdo que se tiene de él es en el Mirandés, con el que destacó sobremanera en Segunda División antes de romperse el ligamento cruzado anterior, Pablo Ramón pasó cuatro años en las categorías inferiores del Real Madrid.
Firmado procedente del Mallorca, con cuyo primer equipo llegó a disputar dos partidos de la mano de Vicente Moreno, el central balear formó parte de la guardia pretoriana de Raúl González Blanco en el Castilla. Junto a él, jugadores de la talla de Mario Gila (Lazio), con pasado en la ‘21’ y recientemente llamado por Luis de la Fuente tras lesionarse Pau Cubarsí, o Rafa Marín (Nápoles), cuya irrupción en el filial madridista mandó al ahora jugador del RCD Espanyol al lateral.
Con Éder Militao, David Alaba, Nacho Fernández, y más tarde Antonio Rüdiger impidiéndoles el paso, los tres se vieron obligados, como muchos otros antes, a volar lejos de Chamartín en busca de una oportunidad en la élite.
Oportunidad que, debido a las lesiones de Militao y Alaba y la marcha de Nacho a Arabia Saudí, le llegó sin casi esperarlo a Raúl Asencio, en el que Pablo Ramón ve “un espejo en el que mirarse”.
"Ha sabido aprovechar su oportunidad"
Asencio, tres años menor que él, ha pasado de jugar en Primera Federación a ser convocado por la selección española en solo cuatro meses. En medio, 30 partidos con el Real Madrid. “Lo está haciendo muy bien, ha sabido aprovechar su oportunidad. Ha hecho grandes partidos y se ha consolidado”, señaló en rueda de prensa Pablo Ramón, ya recuperado de su grave lesión y dispuesto a escribir, cuando Manolo González lo considere oportuno, su propia historia vestido de blanquiazul. “Ya me han dado el alta médica, estoy en todos los entrenamientos y en dinámica del grupo. Estoy a disposición del equipo y lo que diga el míster”, dejó claro el primero de los tres refuerzos invernales del Espanyol.
70 días después de oficializarse su incorporación, a título definitivo y con contrato hasta 2028, el zaguero se estrenó como perico en el descafeinado derbi barcelonés de Copa Catalunya. “Con mucha ilusión después de 11 meses parado. Fueron pocos minutos, pero tuve sensación de partido, de estar tenso, sacar la línea... Después de tanto tiempo, hace mucha ilusión”, insistió Pablo Ramón, dispuesto a demostrar que “puedo volver a ser el jugador que era”.