Según la Escuela de Formación Abierta para el Deporte (EFADA), en la actualidad todavía hay gran confusión entre los términos "jogging" y "running", incluso, a menudo ocurre que se utilizan como sinónimos.
El jogging es una forma de correr a un ritmo tranquilo y sostenido, priorizando la resistencia sobre la velocidad. De hecho, lo ideal es mantener el trote por debajo del 70% de las pulsaciones máximas por minuto.
Conoce las principales diferencias que tiene con el running, sus beneficios generales y cómo podría ayudar a vivir más años, según una investigación original de Revistas JACC.

El jogging es tendencia de nuevo: ¿Qué lo diferencia del running?
Aunque muchas veces se usan como sinónimos, el jogging y el running son actividades diferentes. Conocer sus diferencias te ayudará a elegir la que mejor se adapte a tus necesidades, según sostiene un artículo de la Escuela de Formación Abierta para el Deporte (EFAD).
En la década de 1960, el entrenador Arthur Lydiard popularizó el concepto de jogging para referirse a los recorridos largos que sus alumnos realizaban para mantenerse en forma.
Como ya dijimos, el jogging se caracteriza por ser un trote lento, pausado y constante. En esta actividad no importa cuán extensa sea la distancia recorrida, se privilegia mantener un ritmo cómodo.
El running, en cambio, es una disciplina más competitiva. Los runners suelen tener objetivos claros, como mejorar sus tiempos en carreras de 10K, aumentar la resistencia o lograr un mejor rendimiento general. Se trata de correr a un ritmo más rápido y trabajar para superar constantemente las propias marcas.
Jogging: un ejercicio completo para la salud física y mental
El jogging es una de las formas más sencillas y efectivas de mejorar la resistencia aeróbica. Este ejercicio permite que tu cuerpo mantenga el esfuerzo por más tiempo, optimizando así el uso del oxígeno y fortaleciendo el sistema cardiovascular.
Correr no solo ayuda a mantener un corazón saludable, sino que también fortalece los músculos, ya que activa alrededor del 70% de la musculatura del cuerpo.
Además, es un gran aliado para quienes desean perder peso y combatir la obesidad, y contribuye a mantener los huesos fuertes, lo que previene enfermedades óseas, como la osteoporosis.
Pero los beneficios del jogging no terminan ahí. Esta actividad también es un poderoso antídoto contra el estrés y la ansiedad. Estudios han demostrado que al correr el cuerpo libera endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”, que generan una sensación de bienestar y ayudan a reducir el dolor.
Estudio relaciona la práctica del jogging con un menor riesgo de muerte
Una investigación original de Revistas JACC "Jogging y mortalidad a largo plazo: el estudio del corazón en la ciudad de Copenhague" ha investigado detalladamente "la asociación entre correr y la mortalidad a largo plazo por cualquier causa, centrándose específicamente en los efectos del ritmo, la cantidad y la frecuencia del trote".
Según el estudio, correr entre 1 y 2.4 horas por semana se asocia con una menor mortalidad, mientras que correr más de 3 veces por semana no muestra ventajas significativas en comparación con no correr.
De acuerdo a los hallazgos existiría "una asociación en forma de U entre la mortalidad por todas las causas y la intensidad del jogging, calibrada según el ritmo, la cantidad y la frecuencia del mismo".
Los autores del trabajo concluyen que "los corredores ligeros y moderados presentan una menor mortalidad que quienes no corren y son sedentarios, mientras que los corredores extenuantes presentan una tasa de mortalidad que no difiere estadísticamente de la del grupo sedentario".
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.