Madrid tendrá despedida por todo lo alto. No existe mejor partido en el ranking femenino para decir adiós a más de una década de World Padel Tour en la capital que el que enfrentará a las números uno y dos con un título de Master en juego.
La Caja Mágica iba a vivir una jornada especial de sábado que no se materializaría en la pista pues las favoritas iban a dominar con contundencia los dos encuentros de semifinales para citarse en la gran final dominical que coronará a las últimas campeonas del Master de Madrid.
Ari y Paula agigantan su figura
Las primeras en lograr el pase serían las números uno. Ari Sánchez y Paula Josemaría iban a mostrar la mejor de sus versiones recién estrenada la mañana para maniatar a unas Bea González y Delfi Brea que no lograrían encontrar su ritmo en pista.
Lo harían cargando el volumen de juego sobre la malagueña. Sabedoras las uno del crecimiento exponencial de González cuantos más metros recorre en pista, se propusieron hacer del rincón su zona de castigo particular. Y lo lograrían.
Con Ari recuperando su versión más fiable, esa que a veces desaparece fruto de las inseguridades con las que todavía convive, la dupla española lograría canalizar el juego en un ritmo tranquilo y medido que, a la par, evitaba el contragolpe de Brea.
Una estrategia clara durante el primer set y que, con él ya en el marcador, prolongarían en el segundo parcial. Con el partido donde querían y las rivales llenas de dudas, las Ari y Paula del pasado, las de hace no tantos meses, hubieran podido variar. Las de ahora, no.
El segundo set sería un calco del primero que permitía a las españolas temporizar el ritmo del encuentro hasta hacer casi desesperar a unas González y Brea que se desconectaban, acumulaban errores y no se reconocían ni en el paso por banquillos.
El definitivo 6-3 y 6-2 rubricaba la notable superioridad de Sánchez y Josemaría que lograban clasificarse para la duodécima final del año en busca de seguir dando pasos en su frenética búsqueda del récord de títulos en una temporada en WPT.
Triay y Ortega hacen los deberes

Gemma Triay en las semifinales del Madrid Master.
Camino similar a la cita dominical tomarían Gemma Triay y Marta Ortega, la pareja dos del ranking, tras abrir el turno de tarde ante la única pareja rebelde que se había atrevido en cuartos a desafiar el ranking.
Virginia Riera y Tamara Icardo habían mandado un serio aviso eliminando en la previa a Salazar y Araújo y no asumirían, a pesar de ir por debajo en el marcador, el rol de timoratas aspirantes.
Se presuponía un partido de digestión lenta, de trabajar, limpiar y tapar, y no defraudaría. Con una pareja, la cinco, que hace del sacrificio la mayor de sus fortalezas y otra, la dos, que ha encontrado en la brega la redención a una temporada, por separado, mejorable, todo lo que no fuera un partido largo se antojaba sorprendente. Y cumpliría con los pronósticos.
Tras un inicio igualado y los juegos de tanteo golpearían primero Triay y Ortega y, quizá lo que es más importante, lograrían abrochar la ventaja pues esta pista, lenta y de poca definición, si algo ha demostrado durante toda la semana es que hay opción de recuperar la desventaja.
Una rotura que sería suficiente para que Triay y Ortega dominaran en el primer parcial a Riera e Icardo a las que penalizaría más el poco acierto en las opciones de rotura que el juego en sí. La igualdad era tal que todo apuntaba a una definición por detalles y el acierto en las opciones de quebrar se antojaban indispensables.
Porque así se definiría el primer set y también el segundo. Tras un primer parcial igualado el segundo no viraría demasiado el guión de una película con la bandeja y el globo como actores principales sobre los giraba la acción. Volumen, buscar el error y mucho juego por detrás de la línea del servicio.
Pero, como el partido no iba a cambiar, tampoco lo haría el acierto de la pareja dos en acertar con las opciones de rotura. El parcial inicial de tres juegos consecutivos ante unas rivales que merodeaban o acariciaban el break era el elemento diferenciador en una semifinal más pareja de lo que el marcador reflejaría.
Por 6-2 y 6-1 Gemma y Martita aceptaban el reto de las líderes del ranking para volver a colarse en la final de una prueba World Padel Tour desde que hicieran el triplete consecutivo allá por verano cuando vivieron el inicio de su etapa experimental y lo hacen con el objetivo de buscar su primer título.