Los edulcorantes artificiales, también llamados sustitutos del azúcar, son sustancias que se usan en lugar de la sacarosa (azúcar de mesa) para endulzar alimentos y bebidas.
Al igual que todos los demás aditivos alimentarios, los edulcorantes son sustancias reguladas que están sujetas a una evaluación de la seguridad antes de que se autorice su comercialización. En la Unión Europea (UE), la Comisión Europea CE), el Parlamento y el Consejo regulan el uso de todos ellos, de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).
Existen diferencias entre el azúcar y los edulcorantes artificiales. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), los edulcorantes son mucho más dulces que el azúcar de mesa. Por tanto, se necesitan cantidades mucho más pequeñas (200 a 20.000 veces menos) para crear el mismo nivel de dulzor.
Edulcorantes artificiales y cáncer
Varios estudios han asociado el consumo de los edulcorantes artificiales con el desarrollo de cáncer. Se trata de una asociación compleja, porque algunas investigaciones han establecido este vínculo, pero con pruebas en ratones.
Sin embargo, los resultados de estudios posteriores de carcinogenia (que examinan si una sustancia puede o no causar cáncer) de estos edulcorantes no proporcionaron una evidencia clara que indique una relación con el cáncer en los seres humanos, de acuerdo con los NIH.
Ahora, un estudio publicado en PLOS Medicine sugiere que algunos edulcorantes artificiales están asociados con un mayor riesgo de cáncer.
Para evaluar la carcinogenicidad potencial de los edulcorantes artificiales, los investigadores Charlotte Debras y Mathilde Touvier, del Instituto Nacional Francés para la Salud y la Investigación Médica (Inserm) y la Universidad Sorbonne, analizaron datos de 102.865 adultos franceses que participaron en el estudio NutriNet-Santé.
El estudio NutriNet-Santé es una cohorte en curso basada en la web iniciada en 2009 por el Equipo de Investigación en Epidemiología Nutricional (EREN). Los investigadores recopilaron datos sobre la ingesta de edulcorantes artificiales a partir de registros dietéticos de 24 horas.
Aspartamo y acesulfame-K
Después de recopilar información sobre el diagnóstico de cáncer durante el seguimiento, los investigadores realizaron análisis estadísticos para investigar las asociaciones entre la ingesta de edulcorantes artificiales y el riesgo de cáncer. También ajustaron por una variedad de variables que incluyen edad, sexo, educación, actividad física, tabaquismo, índice de masa corporal, altura, aumento de peso durante el seguimiento, diabetes y antecedentes familiares de cáncer, entre otras.
Los investigadores encontraron que los afiliados que consumían grandes cantidades de edulcorantes artificiales, en particular aspartamo y acesulfame-K, tenían un mayor riesgo de cáncer en general en comparación con los no consumidores. Además, se observaron mayores riesgos para el cáncer de mama y los cánceres relacionados con la obesidad.
Según los autores, "nuestros hallazgos no respaldan el uso de edulcorantes artificiales como alternativas seguras para el azúcar en alimentos o bebidas y brindan información importante y novedosa para abordar las controversias sobre sus posibles efectos adversos para la salud. Si bien estos resultados deben replicarse en otras cohortes a gran escala y mecanismos subyacentes aclarados por estudios experimentales
El reconoce limitaciones importantes: ingestas dietéticas son autoinformadas, el sesgo de selección o la naturaleza observacional del estudio.