La alegría ha vuelto a Carrington, donde este lunes Rúben Amorim dirigió su primer entrenamiento como técnico del Manchester United. El portugués, de 39 años, trabajó con un grupo reducido de jugadores debido al parón internacional de noviembre.
Entre ellos no estuvieron ni el argentino Lisandro Martínez ni el sueco Víctor Lindelöf, lesionados con sus respectivas selecciones. Sí que se ejercitaron con normalidad Kobbie Mainoo, que no juega desde el 6 de octubre, y Amad Diallo, ya recuperado del golpe que sufrió en el 3-0 al Leicester City, último partido de Ruud van Nistelrooy como entrenador interino de los 'red devils'.
También Casemiro y Marcus Rashford, que una vez finalizada la sesión mostraron su satisfacción vía redes sociales. "Entrenamiento top", escribió el ex del Real Madrid en 'X'. Mensaje muy similar al que compartió el atacante inglés en sus historias de Instagram. "Sesión top hoy", manifestó.
Y, como dice el dicho, a buen entendedor, pocas palabras bastan. Sendas publicaciones se han interpretado como un doble palo al predecesor de Amorim, un Erik ten Hag bajo cuyo mando el Manchester United cerró la peor Premier League de su historia, quedando octavo la temporada pasada, y firmó su arranque más pobre desde la 1986-87, sumando solo 12 puntos en las 10 primeras jornadas de la presente campaña.
'ESPN' aseguró, tras el cese del preparador neerlandés, que algunos jugadores cuestionaban "la intensidad de algunas de las sesiones de entrenamiento y a menudo pensaron que se beneficiarían de programas más personalizados", añadiendo que, en cierta ocasión, "un jugador veterano achacó sus problemas de lesiones al hecho de que se le pidiera que entrenara de la misma manera que miembros mucho más jóvenes de la plantilla". Blanco y en botella.