Apoteosis en el Inalpi Arena de Turín. Apenas un puñado de los 13.000 presentes salió cabizbajo del pabellón. Los miembros del equipo técnico y familiares de Taylor Fritz, algún que otro aficionado camuflado entre una marea de 'tifosi' que enloqueció desde que la hija de Andrea Bocelli, Virginia, cantó el himno italiano.
Ni el volumen elevado de las canciones pinchadas por el DJ del pabellón pudo alcanzar los decibelios generados por las gargantas de un pueblo rendido a su ídolo, un tímido chaval de 23 años bautizado como Jannik Sinner, apodado 'carrot' (zanahoria) por el color de su cabello.
Discreto pero con un carisma arrebatador desde el silencio. Apoyándose en sus éxitos para ser un dios en un país que siempre ha adorado el tenis, desde los tiempos de Nicola Pietrangeli a la era de 'Il Bello' Adriano Panatta. Pero Sinner va un paso más, está construyendo una leyenda para los suyos, que puede ser también una cuestión internacional.
El número uno mundial hizo más historia como nuevo y primer italiano campeón de las ATP Finals al ganar en la final al estadounidense Taylor Fritz, 27 años y nº 5 mundial (asciende al cuarto puesto), por 6-4 y 6-4 en 1h.24'. Pleno con cinco victorias sin ceder un set. Se llevó el bote económico, el máximo posible de ganancias con un talón de 4.881.000 dólares, unos 4.630.000 euros.
El transalpino demolió al norteamericano por segunda vez en el evento. Ya le había superado 6-4 y 6-4 en la fase de grupos. El mejor Fritz, verdugo de Sascha Zverev, se sintió muchas veces un juguete en manos de un Sinner dictatorial en la racha positiva y con soluciones para cualquier problema, como la solitaria bola de 'break' que afrontó antes de ganar el primer set. Lo arregló con un saque, un golpe que está perfeccionando a niveles estratosféricos.
Intocable Sinner para los mortales. Se tomó la revancha de la derrota el curso anterior ante Novak Djokovic, a quien ahora sucede. El campeón del Open de Australia y US Open dominó el primer Masters Final sin un 'Big 3' en 23 años.
Con Carlos Alcaraz ha fomentado el inicio de una nueva era durante este 2024. Sinner cierra la campaña individual (le falta la Copa Davis) con 8 de sus 18 títulos, con 70 partidos ganados de 76, habiendo dominado los 11 últimos, 26 de los 27 postreros. Un 'asesino' silencioso. Callado pero letal.
'Oé, oé, oé, Sinner, Sinner' ha sido el cántico que más se ha escuchado. Sinner respondió en casa como si la presión no fuera con él, como ya había demostrado en la zozobra del caso por positivos en sendos controles antidopaje, un caso aún sin cerrar, e manos del Tribunal de Arbitraje Deportivo. Estados Unidos deberá seguir mirando en el palmarés hasta 1999, donde aparece su último rey, Pete Sampras.