La imagen final fue la consagración del símbolo de la noche: los futbolistas celestes en un racimo, y festejando de cara a las cuatro tribunas de un Estadio Centenario en Montevideo repleto, en un abrazo imaginario con los hinchas que este equipo precisaba. Porque el Uruguay de Bielsa es un conjunto en construcción, que dejó atrás a los históricos de Sudáfrica 2010, y al igual que su fútbol, también está edificando su amorío con la afición. Esta celeste que contó con la firmeza de Ronald Araújo en el fondo, cerró la noche con una gran sonrisa. Y Araújo, con la satisfacción de una gran actuación, pese a jugar condicionado por la tarjeta amarilla desde los 9 minutos.
Uruguay ganó a Brasil 2-0, con autoridad, de menos a más, con un gran Darwin Núñez, que se vistió de héroe de la noche y se recibió de crack en un partido de valor. El punta del Liverpool marcó el primer gol a los 42 minutos del primer tiempo, y en el complemento peleó una pelota sucia sobre el final de la cancha, y entre tres brasileños habilitó a Nico De La Cruz para la segunda y definitiva conquista.
El triunfo está pleno de datos elocuentes, que le dan valor en sí mismo a la victoria. Uruguay hacía 22 años que no le ganaba a Brasil, llevaba 40 años sin una diferencia a su favor de dos goles, desde la final de la Copa América 1983. Pero además, quebró una racha de 37 partidos invicto de Brasil en las Clasificatorias Sudamericanas.
Pero, más allá de los números y las rachas quebradas, hay una cuestión conceptual que es clave: cualquier proceso en construcción precisaba inexorablemente de resultados que lo afiancen, de resultados que validen en los hechos el discurso de protagonismo y de cambio que ha proclamado Marcelo Bielsa en Uruguay. Y este triunfo es eso, un golpe en la mesa para decir “ Aquí estamos”. Somos nosotros y somos realmente capaces de ganarle a Brasil, algo que no se había logrado durante más de dos décadas.
El primer tiempo fue opaco, lejos de las promesas de fútbol dinámico y con muchas llegadas. Brasil, con Vinicius Jr, Neymar, Rodrygo y Gabriel Jesús, fue apoderándose de la pelota, y aunque no generó peligro real sobre el arco de Rochet, merodeó el área con alertas para la defensa charrúa. Manuel Ugarte, en el medio uruguayo, se debatió como un león, en el peor momento de Uruguay.
Pero a los 42 minutos, una gran invasión por zurda de Maximiliano Araújo, que fue hasta el fondo, protegió ante la marca de Marquinhos, fue la asistencia perfecta para el cabezazo de Darwin. Uruguay, sin jugar bien, ganaba y se ilusionaba.
Neymar se fue lesionado a los 45 y hubo alarma inicial, y Brasil se cayó en el complemento. Los charrúas crecieron a partir de la diferencia en el marcador, y supieron manejar el juego. Uruguay se sintió ganador durante todo el segundo tiempo. Sólo un tiro libre de Rodrygo en el travesaño asomó como chance de empate. Pero nada más. Hasta que Darwin completó su obra, con la asistencia para De La Cruz.
Este Uruguay de Bielsa y Ronald Araújo precisaba un triunfo así: con autoridad, con Estadio lleno, ante un rival de peso mundial como Brasil, y con el 9 vestido con el traje de héroe.
Ficha técnica:
2. Uruguay: Sergio Rochet; Nahitan Nández (m.67, Bruno Méndez), Ronald Araujo, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera (m.83, Mathías Viña); Federico Valverde, Manuel Ugarte, Nicolás de la Cruz; Facundo Pellistri (m.86, Joaquín Piquerez), Darwin Núñez y Maximiliano Araujo (m.86, Matías Vecino).
Seleccionador: Marcelo Bielsa.
0. Brasil: Ederson Moraes; Yan Couto (m.71, David Neres), Marquinhos, Gabriel Magalhaes, Carlos Augusto (m.71, Guilherme Arana); Bruno Guimaraes (m.83, Raphael Veiga), Casemiro; Rodrygo Goes, Neymar (m.48, Richarlison), Vinicius Junior (m.83, Matheus Cunha) y Gabriel Jesús.
Seleccionador: Fernando Diniz.
Goles: 1-0: m.41, Darwin Núñez. 2-0: m.77, Nicolás de la Cruz.
Árbitro: El venezolano Alexis Herrera. Amonestó a Ronald Araujo, Rodrygo Goes, Casemiro, Ederson Moraes, Darwin Núñez, Naithan Nández, Gabriel Jesus, Matheus Cunha.
Incidencias: Partido de la cuarta jornada de las eliminatorias del Mundial de 2026 jugado ante más de 50.000 espectadores en el estadio Centenario de Montevideo.