La estadounidense Katie Volynets, una excampeona de Roland Garros como la letona Jelena Ostapenko, la vigente reina del Open de Australia, la estadounidense Madison Keys, una ayuda del azar quitando de su camino de octavos a la española Paula Badosa por lesión. Pero otro golpe sobre la mesa tumbando a la nº 2 mundial, la polaca Iga Swiatek.
Antes de este WTA 1000 de Miami sólo contaba dos victorias en el circuito principal pese a que desde la adolescencia ha buscado un hueco en profesionales tras cerrar una etapa júnior con triunfo en el US Open.
La eclosión de la filipina Alexandra Eala se ha producido en Miami, a sus 19 años y siendo la número 140 del mundo. No tenía ranking para entrar directamente en el cuadro, recibió una invitación de la organización. Es una diosa ya en su país, una figura reconocida en el continente asiático.
Lo será más, para satisfacción personal y también de la Rafa Nadal Academy, a la que acudió para formarse siendo una niña. En primera línea de su box en el torneo, Joan Bosch, uno de sus entrenadores y que durante mucho tiempo ejerciera de técnico de su amigo Carlos Moyà. Y también, durante set y medio, Toni Nadal, que durante largo tiempo dirigiera el centro de Manacor.
Eala tendrá otro mensaje de felicitación y satisfacción de Rafa Nadal. Zurdo como él, batió a una de las tenistas que más idolatra al balear, la polaca Iga Swiatek, que ejerció de madrina el día de su graduación en la academia.
La alumna atenazó a la maestra, 6-2 y 7-5 en 1h.39'. Una gesta de la nueva heroína del Open de Miami, en el que disputará las semifinales contra la estadounidense Jessica Pegula o la británica Emma Raducanu. Entraré en top-100 mundial, se asentará sobre el puesto 75, lo que ayudará mucho a su carrera, le permitirá entrare n más cuadros sin la criba de las previas.
Con golpes poderosos, mucho descaro, mantuvo inquieta a Swiatek todo el partido. Las dejadas hicieron mucho daño a la polaca también. Fue a por ella Alex Eala, que rompió ocho veces el saque de la nº 2, que pareció revivir con un parcial de 4-0 para adelantarse 4-2 en el segundo set, pero nunca se sintió cómoda. La campeona de 2022 no acaba de asentarse este curso, a la espera de redimirse a hora en la tierra batida, su mejor superficie.
En un duelo más de restos que de saques y de entereza mental, sorprendentemente la más inexperta resultó la más convencida de sus posibilidades. Volvió a llorar de emoción Alex. No es para menos. Está haciendo la semana de su vida, empezando a plasmar con las mejores su calidad. Como venía haciendo desde niña.
Iguala el mejor resultado de una jugadora invitada en Miami, las semifinales de la belga Justine Henin en 2010 y de la bielorrusa Victoria Azarenka en 2018.