Mientras la UFC intenta cerrar por fin el cara a cara entre Jon Jones y Tom Aspinall por el título del peso pesado de la compañía, el dueño de PFL ha deslizado públicamente una oferta de 50 millones de dólares al actual campeón de la división para verse las caras con el portento camerunés Francis Ngannou, excampeón de la categoría en Ultimate Fighting Championship y monarca de la misma en Professional Fighters League.
"Sé una manera con la que Jon Jones ganaría 50 millones de dólares... Francis Ngannou", escribía Donn Davis, propietario de PFL, en su cuenta de X. "Para decidir el verdadero campeón del peso pesado en las MMA y el número uno real del libra por libra. Sería LA pelea de la década para la afición", añadía el multimillonario estadounidense.
Ngannou abandonó la UFC como campeón del peso pesado reinante en enero de 2023 después de no llegar a un acuerdo de renovación de su contrato con la promotora de referencia. El luchador camerunés con pasaporte francés había pedido a la empresa liderada por Dana White una mejora sustancial de los derechos de los atletas, desde un seguro médico hasta la inclusión de un abogado de oficio durante todas las negociaciones de contratos de la compañía.
Jones subió al peso pesado precisamente tras la renuncia de Ngannou, y en marzo de 2023 se apoderó del cinturón para ampliar su leyenda como doble campeón de la compañía. El camerunés, por su lado, firmó con PFL en mayo de ese mismo año y en octubre de 2024 volvió al octágono para llevarse la corona de su nueva compañía contra Renan Ferreira.
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Mientras que PFL y Bellator, las otras dos principales ligas de MMA mundiales, han unido sus caminos en el pasado para ofrecer combates entre sus mayores estrellas, la UFC no está por la labor de hacer este tipo de experimentos, un hecho que reduce a cotas mínimas la posibilidad de ver un súper duelo entre los dos grandes pesos pesados del panorama mundial de las artes marciales mixtas.