Ha sido la mejor niña prodigio del tenis femenino en los tiempos más recientes. En un suspiro debió abandonar el circuito júnior porque tuvo un éxito fulgurante en su llegada a profesionales casi por casualidad.
Finalista del Open de Australia sub-18 de 2023 con sólo 15 años, sus hechuras de figura provocaron que su agencia de representación, IMG, le concediera una invitación para el cuadro principal del Mutua Madrid Open.
Se plantó en octavos, sólo batida por Aryna Sabalenka, luego campeona del torneo, tras celebrar su decimosexto cumpleaños. Decidió ir a la fase previa de Roland Garros, que pasó, alcanzando la tercera ronda de París. Repitió en Wimbledon, y fue incluso más allá, a octavos.
Un ascenso meteórico. Octavofinalista en Australia, unos problemas físicos pararon su trayectoria en esta campaña. Decidió cambiar de entrenador. Dejó a sus técnicos franceses, sus mentores desde que dejó su Rusia natal, llamando a la española Conchita Martínez, con quien debutó días atrás haciendo cuartos en el WTA 125 de Rouen.

Conchita Martínez, entrenadora de la rusa Mirra Andreeva, una de las grandes promesas del tenis mundial
El período de prueba con la oscense, ex entre otras de Garbiñe Muguruza, ha resultado muy provechoso. Concluía en Madrid, en la Caja Mágica ha mejorado sus octavos de su presentación mundial. Mirra Andreeva ha llegado a cuartos batiendo a la italiana Jasmine Paolini 7-6 (2) y 6-4 en 1h.40'.
El día en que la etiqueta de niña prodigio quedó definitivamente atrás. Esta prometedora adolescente cumplió los 17 con el regalo que había pedido, una victoria en pista. Nº 43 del ranking mundial, reemprenderá la escalada.
Ya espera a la bielorrusa Aryna Sabalenka, con la que tendría una opción de revancha, o a la estadounidense Danielle Collins. Difícil sea una u otra, pero Mirra Andreeva ya pudo con Pasolini, campeona en el WTA 1000 de Dubai semanas atrás.

Jasmine Paolini